El Santuario de Holy Hill conocido como la Basilica de Nuestra Señora Maria Auxiliadora, es un santuario nacional dedicado a María Auxiliadora. Se encuentra en Hubertus, Wisconsin, Estados Unidos, en una montaña a 410 metros sobre el nivel del mar, rodeado de una extensa zona boscosa.
El primer residente de la colina fue un ermitaño llamado François Soubrio, quien llegó a mediados del siglo XIX. Encontró un antiguo diario y mapa francés de 1676, que mostraba una montaña cónica en Wisconsin. El diario describía cómo el autor erigió un altar de piedra, erigió una cruz y dedicó la colina a la Santísima Virgen María.
La región recibió su nombre en honor a Fray George Strickner, tras su primer sermón oficial. Strickner consagró una capilla de madera a la Virgen María Auxiliadora en este mismo lugar, llamado "Holy Hill" por los colonos irlandeses. En 1879, comenzó la construcción del santuario mariano que hoy conocemos, y se completó en 1931.
Con el creciente número de peregrinos, la Iglesia local decidió ceder la administración del santuario a una orden religiosa o congregación de espiritualidad mariana, y la invitación llegó a la Orden de los Carmelitas Descalzos. El 26 de junio de 1906, los primeros frailes, llegados de Baviera por invitación del arzobispo Sebastian Messmer, asumieron la custodia del Santuario de la Virgen María, que aún se conserva.
La basílica, de estilo neorrománico, se compone de diversos elementos que evocan la espiritualidad carmelita. A su entrada se encuentran dos estatuas de ocho metros de altura que representan a Santa María Auxilio de los Cristianos y a San José, protector de los Carmelitas. Su interior fue especialmente diseñado para transmitir un ambiente de recogimiento y devoción, con mosaicos que conmemoran a los fundadores de los Carmelitas Descalzos, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Además de la Capilla
del Santuario, en 1928 se dedicó una capilla más pequeña a Santa Teresita del Niño Jesús.
Actualmente, aproximadamente medio millón de peregrinos visitan el santuario cada año, procedentes de todo el mundo. Ofrece eucaristías diarias, el sacramento de la reconciliación, el rezo del Rosario y la adoración al Santísimo Sacramento, entre otras actividades. El lugar también es conocido por la colección de muletas dejadas por peregrinos que relatan curaciones atribuidas a la intercesión de Nuestra Señora
Auxiliadora.
Así, el Santuario de Holy Hill ofrece un espacio de oración, espiritualidad, reconciliación y encuentro con Dios, funcionando como un faro de esperanza, lejos del bullicio del mundo moderno, a la vez que es un centro vivo de espiritualidad carmelita. Más información: https://www.holyhill.com